El recurrente problema de la violencia en el fútbol sigue sin encontrar freno. Los últimos episodios registrados en el ámbito liguista vuelven a poner en foco a tres estamentos considerados fundamentales en este caso: dirigentes, seguridad y árbitros.
Se procura encontrar una salida para que la competencia doméstica se desarrolle con normalidad. Por ahora, la Liga Tucumana aplicó medidas punitivas con los clubes del grupo 3 (zona sur), que por dos fechas deberán jugar sus partidos fuera de casa.
"No hemos tenido incidentes", resaltó Darío Zamoratte, el presidente de la LTF, pero preocupa la repercusión económica negativa que produjo en las entidades afectadas. "Estoy de acuerdo con parar la violencia. Pero el castigo tiene que ser para todos y no solo para un grupo, en este caso los clubes del sur. Jugar fuera de nuestro estadio y sin público nos afecta en lo económico. Si no ingresa dinero es imposible poder cumplir", señaló César Ceballos, presidente de San Lorenzo, de Santa Ana.
Según Carlos González, titular de Deportivo Aguilares, en los hechos de violencia no solo hay que involucrar a los clubes. "También se debería tomar medidas con la gente de seguridad, árbitros y dirigentes. No puede ser de que la Policía determine cuando vas a jugar, en qué cancha y qué día. Deberían preocuparse más en controlar que no ingrese gente alcoholizada ni que vendan bebidas con alcohol cerca de las canchas", indicó. Fernando Olea, presidente de Ñuñorco, remarcó: "el club paga para tener seguridad y no la tiene. El tribunal también debería aplicar una sanción a los árbitros que en ocasiones son generadores de violencia. A veces la provocación viene desde el campo. Si las cosas siguen así, nos veremos obligados a utilizar el derecho de admisión", aseguró. "Los violentos están matando al fútbol", aseguró Alejandro Carrizo, titular de Santa Ana. "Nuestro club está pagando los platos rotos de otros. En la semana nos reunimos con los hinchas para pedirles que no generen violencia y comprendieron el mensaje. Ellos colaboran", dijo
"Debemos trabajar en conjunto y comprometernos, tanto los directivos, como la seguridad y los árbitros para erradicar la violencia. Ojalá que todo se supere y volvamos a jugar en nuestras canchas y con ambas hinchadas", se ilusionó Nicolás Saracho, presidente de Jorge Newbery.
"No es la solución definitiva", señaló Zamoratte
"Las medidas que se tomaron para el fin de semana que pasó y para el próximo no se pueden tomar como una solución definitiva al problema de la violencia que está inserto en la sociedad. Pero algo tenemos que hacer porque de lo contrario se nos va ir el campeonato de las manos", subrayó el presidente liguista, Darío Zamoratte. "No tuvimos incidentes, ahora les toca jugar a puertas cerradas en otros escenarios a Talleres y a San José, por el accionar de sus hinchas, pero el tema requiere de medidas conjuntas y más profundas", añadió.
Tras destacar que el Anual está entrando en su tramo definitorio, puntualizó: "es imprescindible la colaboración de todos los clubes, no sólo los del sur que en algún momento estuvieron en el ojo de la tormenta. Ninguno está exento, es la realidad". Señaló que deben realizarse ajustes en tres factores que considera esenciales: "los dirigentes cumplir cuando se dispone jugar solo con público local y no permitir vender adentro bebidas alcohólicas; la Policía prevenir y los árbitros hacer su contribución. Entre todos sacaremos adelante al fútbol tucumano. En la Liga no hay barrabravas, pero hay que frenar esto".